La urgencia de repensarnos para una nueva realidad

Artículo publicado en Social.cat

13 de mayo de 2020

 

 

Nada será igual ¡anticipémonos!

Estamos viviendo un momento de transformación profunda provocada por la rotura de nuestras vidas por el Covid-19 y parece que nada será igual. Si esta afirmación es válida en cualquier ámbito de la sociedad, en el caso de las entidades sociales es una evidencia que no podemos obviar.

De repente un día tuvimos que cerrar servicios, aprender a gestionar a distancia, seguir cuidando a las personas para las que trabajamos en una situación completamente nueva e imprevista. Y el sector ha sido capaz de adaptarse y seguir dando respuesta a las necesidades de las personas cuando, si nos lo hubieran dicho hace unos meses, nos habría parecido imposible.

Hemos aprendido de EPIs, de zooms, de webinars … y hemos conseguido seguir en la brecha. Pero esta situación nos ha llevado una sobrecarga de gestión e inversión de esfuerzos que puede hacernos perder de vista la trascendencia del momento que estamos viviendo y que nos pide una reflexión profunda sobre los retos estratégicos que ya tenemos aquí y a los que debemos dar respuesta:

  • ¿Cuáles serán las necesidades de los colectivos a los que atendemos en los próximos años? ¿Como les podemos dar respuesta? Y otros colectivos … ¿les deberíamos ofrecer servicios?
  • Esta nueva situación ¿nos ofrece oportunidades que podemos aprovechar? Y por otro lado … ¿cómo podemos neutralizar las amenazas que nos presenta?
  • ¿Nos sirven las estructuras de organización y gobernanza que hemos utilizado hasta ahora? ¿Las debemos actualizar?
  • ¿Cómo podemos fortalecer las relaciones de confianza con nuestros grupos de interés?
  • ¿Tenemos las competencias necesarias para hacer frente a todo esto? ¿Cómo podemos mejorarlas?

Por tanto, es momento de repensarnos y reinventarnos. Y por eso tenemos que llevar a cabo procesos de reflexión compartida en nuestras organizaciones, involucrando a las personas que forman parte, para encontrar entre todas las mejores respuestas a estos retos. Nos puede parecer imposible encontrar espacios y momentos para llevar a cabo esta reflexión dentro de las dificultades actuales, pero lo tenemos que hacer, nos jugamos la supervivencia.

Posiblemente no es el momento de llevar a cabo largos procesos de reflexión y planificación, pero sí de encarar las cuestiones más clave que nos permitirán orientar la salida de la crisis:

  • La identificación y priorización de los retos que nos presenta el entorno y los desafíos internos para avanzar hacia un futuro más sostenible de la organización, desde un proceso de reflexión creativa y abierta. ¿Podremos seguir ofreciendo los mismos servicios y en las mismas condiciones? ¿Los tendremos que adaptar? ¿Cómo podremos financiar estas adaptaciones? ¿Podrán nuestros equipos compaginar el trabajo con situaciones también complicadas en casa? …
  • La reflexión sobre los posibles conflictos de valor que pueden suponer estos retos y la incorporación de la perspectiva ética para tomar las mejores decisiones ante estos conflictos. ¿Cómo encontramos el equilibrio entre la viabilidad de la organización y la máxima calidad de los servicios? ¿Qué decisión tomamos si entran en juego diferentes derechos básicos que se contraponen? ¿Y si tenemos que priorizar entre colectivos? ¿Cómo lo hacemos? …
  • La definición, en consonancia con lo anterior, los objetivos estratégicos y las acciones que tendremos que impulsar para la resolución de estos retos. ¿Dónde ponemos el foco? ¿Cómo podemos concretar lo que queremos conseguir y cómo conseguirlo? ¿Qué metas concretas nos marcamos? …

Definir las prioridades estratégicas de nuestras organizaciones desde la deliberación y la integración de la ética en la toma de decisiones será clave para garantizar que mantenemos la misión con la que nacimos y que da sentido a nuestra existencia. O quizás nos damos cuenta de que necesitamos actualizar esta misión, todo es posible en el contexto actual y tendremos que nos adaptamos con rapidez y eficiencia.

Peter Drucker decía que «planificar no significa saber qué decisión tomaré mañana, sino qué decisión debo tomar hoy para conseguir lo que quiero mañana«. Y para conseguirlo tendremos que hacer muchas preguntas para encontrar las mejores respuestas desde el diálogo y la reflexión compartida. Porque si no lo hacemos hoy, quizás mañana ya será tarde.

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