Tenemos un deber pendiente como sociedad: acabar con la violencia machista

Resumen del cineforum en el metro: “Prevención del acoso sexual y la violencia machista en el transporte público”

Organizado por TMB con la colaboración de beethik

Este lunes 22 de noviembre, en el marco de los actos organizados en torno al Día internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres (25N), ha tenido lugar un cinefórum organizado por TMB, con la colaboración de beethik, en el vestíbulo de la estación de metro Universidad.

La sesión ha comenzado con la proyección de dos cortometrajes excepcionales que nos muestran – uno en el metro de Nueva York y otro en la vía pública- comportamientos que muchas veces ni siquiera reconocemos como acoso y que nos invitan a repensar y cambiar la manera que tenemos que relacionarnos: Laps (ver aquí) y“Au bout de rue” (ver aquí).

Tras la proyección, se ha llevado a cabo un coloquio moderado por José Antonio Lavado, socio fundador de beethik, en el que han participado tres mujeres que nos han aportado sus miradas expertas y personales, provocando la reflexión y el diálogo con las personas participantes:

  • Alba Fernández Pous. Coordinadora de proyectos en la Fundación Ires. Docente en el Postgrado de Detección e Intervención de la Violencia Familiar, Universidad de Barcelona.
  • Sira Vilardell. Directora general de la Fundación Surt, miembro de la Red de Mujeres Directivas y Profesionales de la Acción Social (DDIPAS) y vicepresidenta de la Taula d’Entitats del Tercer Sector Social y de ECAS (Entitats Catalanes d’AcciónSocial).
  • Raquel Díaz. Directora de Responsabilidad Social, Mujer y Diversidad de TMB.

Los datos compartidos por Raquel Díaz han situado la realidad que vivimos. Una realidad en la que:

  • Una de cada cinco mujeres ha sufrido acoso en el transporte público.
  • El 68% de las mujeres dicen que han cambiado la forma de desplazarse a causa del miedo.

También ha compartido que un 60 por ciento de las usuarias del transporte son mujeres. Ante este dato, Sira Vilardell ha afirmado que «hay que empezar a pensar qué podemos hacer para generar espacios seguros para las mujeres y erradicar estas situaciones que, muchas veces, son invisibles».

Ha insistido, asimismo, en que el actual sistema patriarcal determina la forma de socializarnos y genera situaciones de desigualdad en base a las relaciones de poder y sumisión. «El sistema se va adaptando al contexto y cambiando de formas, pero se siguen dando estas situaciones de desigualdad que son la base de las violencias machistas» ha dicho. La clave, según ella, es «construir nuevas formas de relacionarnos, desde la equidad» y ha citado prácticas de referencia que se están desarrollando en otros países, como la incorporación de la mirada feminista al urbanismo.

Por su parte, Alba Fernández Pous ha hecho hincapié en la necesidad de cambiar de foco, de dejar de mirar a las mujeres y exigir el ejercicio de la responsabilidad colectiva, sobre todo, la responsabilidad de los agresores. “En estas situaciones existe un único culpable: la persona que ejerce la violencia, el acoso. Haga lo que haga la víctima está bien, lo que no está bien es lo que le hacen a ella” ha afirmado.

Raquel Díaz ha expuesto algunas medidas que se están llevando a cabo desde TMB, como, por ejemplo:

  • El incremento de la seguridad y la vigilancia.
  • El estudio de mecanismos de aviso rápido para alertar de situaciones de acoso.
  • La sensibilización y concienciación mediante campañas que aprovechan el gran poder comunicativo de la empresa.
  • La formación de las personas trabajadoras.
  • La revisión de las instalaciones para crear espacios seguros, mejorar la iluminación…
  • La realización de acciones de difusión animando a las mujeres a que denuncien, pero también alertando a los potenciales agresores de las consecuencias de sus actos.
  • La implantación de las paradas a demanda.
  • Y otras.

Y entre el público, con el que se ha generado un diálogo muy enriquecedor y cercano, muchas mujeres con ganas de compartir sus experiencias y las estrategias que cada una ha desarrollado para superar esta realidad, que muestran lo que supone vivir con miedo de forma constante por el único hecho de ser mujer.

El coloquio también ha contado con la intervención de algunos hombres (pocos), que han mostrado su perplejidad e ignorancia de la realidad que nos rodea, que han podido elevar su nivel de consciencia ante esta lacra, y que han puesto de manifiesto su empatía por las consecuencias emocionales y vitales que estas manifestaciones de abuso de poder tienen para las mujeres de nuestra sociedad, aunque a veces esta empatía nos muestre que esta sigue siendo una realidad invisible para algunos de ellos.

En definitiva, todo ello nos ha ayudado a ver que todavía nos queda mucho camino por recorrer en la consecución de una plena corresponsabilidad que nos permita avanzar hacia un modelo de relación y de sociedad más ética y respetuosa donde poder vivir y convivir mejor.