Director Gerente del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Presidente del Consejo Asesor de la Fundació Factor Humà. Miembro del Children’s Hospital’s International Executive Forum.
1. ¿Qué te sugiere el concepto de ética de la responsabilidad radical?
Uno puede pasar por la vida subiendo la persiana cada día al levantarse, sin implicarse, lo cual es legítimo, o puedes hacerlo intentando contribuir a la mejora de la sociedad. Hay varias vías para esto último, una de ellas es ampliar tu perímetro de actuación y dedicarte a la política, bien entendida claro, y otra es desde tu entorno, por ejemplo, con tu trabajo. Y en el mío eso pasa por el concepto de hospitalidad, que no solo es curar, sino también cuidar. Por lo tanto, para mí la ética de la responsabilidad radical sería intentar involucrarte en la mejora de la sociedad desde tu entorno. Cada persona desde su lugar puede contribuir, y la suma puede acabar cambiando la sociedad.
2. El año pasado el Hospital Sant Joan de Déu cumplió 150 años. ¿Qué ha cambiado desde que nació en 1867 y cuál es la esencia de su perdurabilidad en el tiempo?
Las necesidades básicas de un paciente no cambian a lo largo del tiempo, son las mismas. Actualmente tenemos 400 centros, estamos internacionalizados y somos el tercer hospital pediátrico más grande de Europa. Eso puede ir cambiando, pero lo que no cambia es el concepto que está en la base de todas nuestras actuaciones: la hospitalidad. Este concepto es lo que permanece y nos une desde el inicio. Creo que esta idea, simple pero muy poderosa, implica a las personas, y es lo que nos hace perdurables. Tratar de forma humanista a las personas vulnerables. Un concepto muy vinculado a la hospitalidad de la profesión sanitaria es la compasión. Ya sé que es un concepto que no está de moda; algunos lo llaman empatía, que es ponerse en el lugar del otro y entender lo que le pasa. Una persona compasiva no solo entiende, sino que también actúa y participa. Si no eres compasivo puedes ser un buen técnico, pero es difícil que puedas ser un buen profesional de la salud.
3. En más de una ocasión has dicho que el compromiso es la herramienta más potente que tiene una organización y que este es uno de los focos de tu gestión como director gerente del Hospital. ¿Cuáles son las claves para conseguir este compromiso de los profesionales? ¿Crees que tiene algo que ver con la cultura ética del Hospital?
Yo creo que el compromiso es la herramienta de gestión más potente que existe. Con gente comprometida puedes hacer cualquier cosa. El problema es cómo se consigue, el compromiso te lo mereces o no. Es difícil construirlo y fácil destruirlo. Y conseguirlo tiene que ver con varios elementos.
El primero de ellos es el proyecto; solo te puedes comprometer con algo que conoces y que es inspirador y para ello tiene que haber un proyecto. Nuestro proyecto tiene un por qué –tratar de forma integral y humanista a las personas vulnerables- y un para qué – para hacer una sociedad más justa-. Tener un relato claro sobre el proyecto, bien contado, con unos valores sólidos y estables, es la condición necesaria para el compromiso, aunque no suficiente.
El segundo elemento clave es la coherencia. Aquí es por donde habitualmente nos perdemos. Puedes tener un proyecto inspirador, pero que no funcione por la falta de coherencia. La cuestión es cómo ser coherente y también cómo parecerlo, porque a veces puedes ser coherente pero no lo pareces.
Un tercer elemento importante para el compromiso es el reconocimiento hacia las personas y sus aportaciones a la organización. Joan Quintana dice “no dejes para mañana el reconocimiento que puedes hacer hoy”.
El liderazgo de la alta dirección y de los mandos intermedios es otro elemento relevante. Hace un tiempo oí una metáfora de Quique Figaredo respecto de las jirafas, que es aplicable al estilo de liderazgo que nos gustaría tener en nuestra organización: la jirafa es un animal con la mirada larga, es decir con visión, tranquilo, con capacidad de escuchar y es el mamífero con el corazón mas grande, o sea, con pasión y compasión. Ese estilo de liderazgo tranquilo es el modelo hacia el que nos gustaría acercarnos.
Por último, un elemento importante generador de compromiso en nuestro sector es la autonomía. En general en los entornos con profesionales altamente capacitados la capacidad de auto-organizarse es un factor clave para el desarrollo profesional.
Proyecto, coherencia, reconocimiento, liderazgo y autonomía son cinco claves del compromiso.
4. «Te curamos, te cuidamos». Vosotros decís que esta afirmación es una de las claves que identifica, y al mismo tiempo diferencia, al Hospital Sant Joan de Déu. Pero, ¿realmente una familia tiene en cuenta que la cuiden cuando tiene que escoger un hospital para tratar a su hijo o hija de una enfermedad grave como quizás un cáncer, una cardiopatía o un trasplante de médula ósea?
Curar y cuidar no es una diferencia nuestra. Todos los hospitales lo hacen. Las dos cosas son importantes. Lo que a nosotros nos distingue es que le damos mucha importancia al cuidar; es lo que nos da personalidad propia. La hospitalidad en el fondo se basa en el cuidado. Por ejemplo, hace unos meses conseguimos el reconocimiento como centro de referencia para el sistema de salud de los Emiratos Árabes y ahora formamos parte de su red pública de salud. Y hablando con la embajadora le pregunté qué es lo que ha hecho que nos escojan a nosotros y me dijo claramente: la dignidad con la que ustedes tratan a nuestros niños. Es lo mejor que me podía decir. En el fondo estamos hablando de cómo vive el paciente su experiencia en el hospital.
5. En beethik decimos que la sociedad del siglo XXI necesita organizaciones éticas y [radicalmente] responsables, es decir, que conectan con sus raíces para construir, organizaciones más auténticas, humanas y sostenibles. Por lo que conocemos nos atreveríamos a decir que el hospital Sant Joan de Déu está en este camino de las organizaciones [radicalmente] responsables. ¿Qué te sugiere esto?
Creo que es todo lo que hemos hablado. Hay una raíz clara que es la hospitalidad. Estamos convencidos de que la hospitalización es algo que un niño no va a olvidar jamás. Los niños viven muy intensamente el hospital. Tenemos muchos niños crónicos, que están en el hospital mucho tiempo e intentamos crear una experiencia que sea positiva, que se sientan como en su casa. En este sentido, somos muy radicales: por ejemplo, los padres están siempre con los niños, incluso en el momento de ponerles la anestesia en el quirófano los niños están en brazos de sus padres.
6. Algunas personas académicas, expertas en ética aplicada, nos dicen que las personas con un rol directivo en general anteponen el valor de la eficiencia al de la justicia y que esto deshumaniza la empresa. ¿Cómo gestionas este conflicto de valores entre la eficiencia y la justicia desde tu rol de dirección de un hospital?
Los recursos son limitados por definición y por supuesto que a veces nos encontramos con dilemas porque no podemos disponer de todos los recursos que quisiéramos. Todo es mejorable y discutible, pero es cuestión de poner la balanza delante e ir decidiendo y actuando con cierta lógica. Lo que no vamos a hacer nunca es abandonar nuestros principios y dejar de atender de una forma humanista a un niño por un tema económico. Quizás nosotros lo tenemos más fácil que otras organizaciones porque no somos una empresa con ánimo de lucro. Pero, por otro lado, en sanidad una organización que no es eficiente no es una organización justa, ya que no gestionaría bien los recursos limitados para atender a una demanda creciente. El dilema entre la justicia y la eficiencia a veces existe, pero aparece menos a menudo de lo que crees si lo haces bien.
7. Por último, en tres palabras, ¿qué significa para ti incorporar la ética en la toma de decisiones?
Yo creo que al final la ética en nuestra organización es no perder de vista por qué y para qué estamos aquí, es decir, ser coherentes y responsables en nuestras decisiones, que no es otra cosa que atender de forma integral y humanista a las personas vulnerables para conseguir una sociedad más justa.