Economista, Doctor en Administración y Dirección de Empresas. Profesor en la Universidad Politécnica de Catalunya y Director General de la Global Alliance for Banking on Values (www.gabv.org), co-fundador de SingularNet (www.singularnet.biz) y consejero de varias sociedades.
1. ¿Qué te sugiere el concepto de ética de la responsabilidad radical?
Yo lo resumiría en una frase muy sencilla, lo que me sugiere es: “hacer lo correcto de manera acorde a tus valores humanistas, cuando nadie te ve y sin que nadie te obligue”.
Y voy a enlazar esto con un problema gravísimo que tenemos en el mundo actual, muy especialmente en el mundo occidental, que está provocando una crisis muy peligrosa, que ya estamos empezando a ver a nivel político y que no sabemos a dónde nos puede llevar. Esto está motivado por la no asunción de la ética radical por parte de la ciudadanía y de los actores económicos. ¿Y qué pasa cuando esto sucede? Pues que, evidentemente, externalizan esta responsabilidad en terceros, es decir, en el estado, en las administraciones.
Así, los poderes púbicos se acaban convirtiendo en “guardianes de la ética”, y acaban normativizando tanto que la gente se vuelve inmoral, porque la única moralidad necesaria, mi única responsabilidad, es cumplir la ley. Cuando delegamos la ética en el estado estamos corriendo un grave riesgo como especie, como humanidad, porque trasladamos nuestra responsabilidad a un tercero. Y como regular todas las facetas de la vida es imposible, tenemos toneladas de normas que nadie entiende y que provocan que la gente se desencante y desvincule.
Cuando el ciudadano hace dejación de funciones de su responsabilidad ética pasan estas cosas y esta tendencia no se da solo en la Europa continental, la veo también en todo el mundo.
2. Actualmente ejerces de director de la Alianza Global para la Banca con Valores (GABV, por sus siglas en inglés), una red independiente de bancos y cooperativas bancarias con una misión compartida de utilizar las finanzas para lograr un desarrollo económico, social y ambiental sostenible ¿Es posible hacer banca con valores y ser rentable?
Radicalmente, sí. En la GABV hacemos un análisis comparativo anual del performance financiero del sector y los datos indican que los bancos de la alianza son más solventes que los sistémicos, con mayor liquidez, una rentabilidad ligeramente superior y, lo que es más importante, con una volatilidad muy pequeña.
Pero esto no solo pasa en la banca; no hay nada que nos diga, salvo alguna corrupción en nuestro cerebro, que para gestionar una empresa, y que ésta sea rentable, no tienes que actuar de acuerdo con valores éticos. Una empresa que actúa con valores humanistas en sus relaciones con sus grupos de interés y que lleva a cabo una toma de decisiones sensata y con valores, si lo hace bien, es una empresa que consigue mayor lealtad de las personas empleadas, más satisfacción y fidelidad de la clientela y al final también una rentabilidad adecuada.
Si alguien se plantea la disyuntiva “o soy ético o soy rentable” está muy equivocado.
3. Llevamos años asistiendo a una pérdida de reputación y de credibilidad del sector financiero. Recientemente se ha lanzado en París el borrador de los “Principios de Banca Responsable” impulsado por la UNEP FI, y 27 bancos entre los que se encuentran el BBVA, el Banco Santander y Triodos Bank. ¿Crees que esta iniciativa puede hacer posible que la banca, en su conjunto, sea un catalizador fundamental para orientar de “verdad” la economía a la mejora de la vida de las personas?
Llevamos dos décadas asistiendo a esta pérdida de reputación y no me extraña porque la banca, salvo honrosas excepciones, ha jugado un papel lamentable en la actividad económica. Cuando una empresa quiere actuar de manera genuina de acuerdo con unos valores, no puede situar como objetivo principal el beneficio económico. Antes debe plantearse para qué está aquí y de qué manera va a satisfacer las necesidades racionales de la sociedad y como esto no ha sido así se ha generado un enorme riesgo sistémico en todo el mundo.
Si contamos que la crisis estalló con las hipotecas subprime en agosto de 2007 en EEUU, estamos viendo hoy, once años después, actuaciones similares a las de entonces por parte de la banca. Una banca que impulsa a la gente al endeudamiento, que no es sensata en sus políticas comerciales, simplemente no es creíble. Tiene un gran problema de imagen y lo seguirá teniendo si no se lo toma en serio.
Es verdad que se han planteado los “Principios de Banca Responsable” y este es un hecho bienvenido y positivo, sin duda, pero mantengo mis dudas. Soy muy escéptico respecto a que suponga realmente un cambio en el sector. Porque los bancos impulsores son bancos enormes, bancos que tienen una parte muy importante de su negocio fuera de balance, con trillones de dólares en activos. Si los bancos que firmen realmente quieren ser serios aplicando estos principios, deberían obligarse a realizar un cambio muy profundo en sus sistemas y modelos de negocio, en su estructura de balance y su política comercial; el miedo que tengo es que en la mayoría de los casos quede en un gesto cosmético –ojalá me equivoque-. Un banco es su balance y dar un giro a esto cuesta mucho, requiere una gran transformación, mucho tiempo y un compromiso de verdad.
4. En los últimos años se ha disparado el conocimiento de la banca con valores, pero ¿qué falta para que más personas e instituciones la adoptemos como opción y solución efectiva?
En España se está creciendo a tasas del 25%, con más de 350 mil clientes en la actualidad en entidades de banca con valores. Todavía estamos en un 1,5% del volumen global de clientes, pero si lo comparamos con hace unos años el crecimiento es importantísimo.
En Europa, con las altas tasas de bancarización, aunque hemos ganado volumen de manera rápida, aún estamos muy lejos. Pero en países con menor nivel de bancarización (como Paraguay, Bolivia, Mongolia, Bangladesh…) los bancos con valores ocupan el segundo o el tercer puesto del mercado.
¿Qué podríamos hacer en Europa? Claramente yo apelo a la racionalidad y a los valores del ciudadano como consumidor, del cliente. Una persona que tiene una cuenta en una entidad financiera debe preguntarse seriamente qué hace el banco con su dinero. Porque con el dinero de los depositantes es con lo que los bancos operan. Deberíamos preguntar a los bancos, por este orden:
- A quién vas a prestar mi dinero, para qué y por qué.
- Cómo gestionas el dinero y qué nivel de seguridad puedo esperar.
- Y, en último lugar, qué rentabilidad me vas a dar.
Le pido a la ciudadanía que sea más crítica con la manera en que consume. Debe preguntarse a qué empresas da su confianza: ¿Hace las cosas sensatamente? ¿Dónde está fabricando? ¿Aplica criterios de respeto al medio ambiente? Ese banco al que confío mi dinero, ¿tiene una política comercial transparente? ¿A quién presta dinero?
Este es un elemento fundamental. Y esto debería ir acompañado de un cierto apoyo institucional, pero sin caer en la anulación de funciones de la que hablábamos antes.
5. En uno de tus artículos afirmas que estamos avanzando hacia comportamientos empresariales y modelos de liderazgo ético en los que está cada vez más presente la aplicación de valores orientados a producir un impacto positivo en la vida de las personas ¿Qué caracterizaría estos modelos de liderazgo?
Si partimos del concepto “Rouseauniano” de que el ser humano es bueno por naturaleza, con unos valores humanistas razonables, debemos aplicar a la vida profesional y empresarial los mismos valores que aplicamos en el ámbito personal. Mis valores del fin de semana son los mismos que yo debería aplicar de lunes a viernes.
Estos modelos de liderazgo tienen una serie de características:
- Son personas auténticas, genuinas, que no tienen una doble cara. La autenticidad es un elemento muy importante.
- Es gente que prima la transparencia, como condición adicional que hace más factible que una empresa sea dirigida con criterios éticos. Porque la transparencia en sí no es buena o mala.
- Son personas que priorizan la justicia en la toma de decisiones, entendida en sentido amplio, pero no entendida como igualitarismo.
- Son líderes con una alta comprensión de la misión y el propósito de la empresa. Un modelo de liderazgo ético es aquel en el que los líderes entienden la responsabilidad de la empresa respecto a la sociedad “mission oriented”, aportando soluciones a la sociedad; necesitamos misiones que huyan de los elementos económicos.
6. Por último, en tres palabras, ¿qué significa para ti incorporar la ética en la toma de decisiones?
Autenticidad, firmeza en la aplicación de los valores humanistas, justicia en la toma de decisiones.
Incorporar la ética a la toma de decisiones es tener el coraje de hacer lo correcto por encima de lo que puede suponer a corto plazo un beneficio económico.