El compromiso ético de las empresas con las personas más vulnerables

Article beethik Social.catArtículo de opinión publicado en Social.cat, 23 de noviembre de 2018

Hoy, cuando parece que todo es posible, que el progreso pone en nuestras manos la oportunidad de hacer lo que queramos, aún son muchas las personas que sufren graves situaciones de discriminación que les impiden ejercer un derecho básico como es el derecho al trabajo. Personas con discapacidad, personas con problemas de salud mental, jóvenes, personas de origen inmigrante, mujeres … son algunos de los colectivos que no pueden acceder en condiciones de igualdad al mercado de trabajo.

Y es aquí donde las empresas pueden jugar un papel determinante. El sector privado es el principal motor de desarrollo económico en la sociedad, genera el 90% del empleo a nivel global y provee productos y servicios que impactan de manera definitiva en la vida de las personas. Esta realidad conlleva una responsabilidad paralela.

El tejido empresarial debe integrar el valor de la diversidad, avanzando hacia modelos de negocios más éticos y [radicalmente] responsables, que generen oportunidades para todas las personas. Puede fomentar, así, un crecimiento económico más inclusivo y sostenible a través de su propia actividad empresarial, generando empleo digno, respetando los derechos humanos, creando nuevos productos y servicios que atiendan mercados subatendidos y abriendo oportunidades de desarrollo para los eslabones más vulnerables de su cadena de valor.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por Naciones Unidas hace tres años apuntan también en esta dirección, invitando a las empresas a fomentar el crecimiento económico y el empleo inclusivos y sostenibles, y el trabajo decente para todos (ODS 8), reduciendo las desigualdades existentes (ODS 10).

Nos encontramos, así, ante una oportunidad estratégica: fomentar los negocios inclusivos como forma práctica para contribuir a los ODS y a una economía más inclusiva, poniendo las capacidades empresariales al servicio de una economía que genere prosperidad para todos, sin dejar fuera a las personas más vulnerables.

Para la OCDE, la economía inclusiva crea oportunidades para todos los segmentos de la población y distribuye los beneficios para una prosperidad compartida, en términos monetarios y no monetarios, de manera equitativa a toda la sociedad. Los negocios inclusivos enfocan actividades económicas que integran como clientes, proveedores, distribuidores o empleados en su cadena de valor a los colectivos más vulnerables. Son actividades que consiguen ser rentables y a su vez generan un impacto social que mejora las condiciones de vida de todas las personas implicadas.

Una empresa inclusiva es una empresa diversa, que adquiere una serie de valores como son la cohesión social, la solidaridad y la propia diversidad, valores que cada vez aprecian más todos los grupos de interés y que permiten gestionar la cultura de la empresa desde de una visión ética.

El ser humano es un ser social: necesitamos irremediablemente de los otros para poder sobrevivir. Reconocer nuestra vulnerabilidad nos obliga éticamente y nos demuestra que somos seres interdependientes y que necesitamos cuidarnos para caminar juntos hacia un mundo más humano, pero también más sostenible, porque cuidarnos entre nosotros nos permite tomar conciencia de la necesidad de preservar nuestro entorno social y natural.

Y es esta condición la que nos permite apreciar la importancia de los valores como la justicia, la felicidad y la cooperación, así como la necesidad de cultivar las emociones y los buenos sentimientos para un correcto cuidado de los demás.

«La conciencia de vulnerabilidad, de que todas las personas somos vulnerables, y algunas más que otras, es una de las esencias de la actitud ética que necesitamos desarrollar, como personas, como organizaciones y como sociedad»

José Antonio Lavado

Desde esta perspectiva, una organización [radicalmente] responsable es una empresa que cuida a las personas, a todas, sin exclusiones. Es una empresa que pone a la persona en el centro. Y para conseguirlo debemos actuar sobre la cultura de la organización, para que sea una característica que defina nuestro carácter, nuestro ethos corporativo.

Porque si de verdad queremos transformar las organizaciones (y la sociedad) debemos avanzar para conseguir que el valor de la diversidad, más allá de estar en nuestros códigos y declaraciones, se viva en todas las esferas de relación y actuación.

«No se trata de integrar personas como si fueran entes ajenos que se han de ‘colocar’, se trata de entender la condición diversa de la humanidad, la que hace que cada persona, con sus características diferenciales, pueda aportar un valor al propósito de la organización»

Nekane Navarro

Para conseguirlo hay algunos colectivos que requieren apoyos específicos con los que pueden aportar este valor. Seguramente no hablamos de igualdad, hablamos de equidad. Y para avanzar en este objetivo, las empresas pueden establecer diferentes medidas. Empezando por analizar la cadena de valor para descubrir las áreas donde cada persona puede poner a trabajar su talento y habilidades, estableciendo los mecanismos de acompañamiento y apoyo necesarios para que puedan desarrollar su trabajo.

En este ámbito, generar complicidades con las entidades sociales de su entorno será clave, ya que pueden encontrar en ellas los mejores aliados para la inclusión de personas con dificultades. Y, sobre todo, garantizando que todas las personas que son parte de la empresa puedan participar, en igualdad de condiciones, en la toma de decisiones, apoderándolas para que la ética entre a formar parte en las deliberaciones que se producen en el organización.

«Si queremos construir las organizaciones donde nos gustaría habitar, esto pasa por construir sistemas de gobernanza más democráticos donde todas las voces puedan participar (de verdad) en la toma de decisiones (de verdad, no sólo en las pequeñas decisiones)»

Albert Huerta

Solo así podremos construir una sociedad más auténtica, humana y sostenible, que genere oportunidades para todas las personas, hoy y mañana.

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