Begoña Román es doctora en filosofía y profesora en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona. Es presidenta del Comité de Ética de Servicios Sociales de Cataluña, miembro del Comité de bioética de Cataluña y está especializada en ética aplicada al mundo de las organizaciones.
1. ¿Qué te sugiere el concepto de ética de la responsabilidad radical?
Analizaré las palabras que componen esta expresión:
- La ética es una actitud crítica, reflexiva, que desde cierta distancia de la realidad tiene un verdadero deseo de transformarla y mejorarla.
- La responsabilidad es «hacerse cargo» de una dimensión de algo importante para la vida y que, como la vida misma, se debe cuidar, es frágil y vulnerable. Por lo tanto, responsabilidad es «cuidar».
- Y radical es ir a las raíces, a los fundamentos.
Cuando lo juntas todo, estamos hablando de una ética que, en el ámbito de las organizaciones, cuida y se hace cargo de una misión, de un encargo, que tarde o temprano nos lleva a la sostenibilidad. Y que lo hace yendo a las bases, a las raíces, no quedándose en la superficie.
La expresión es muy importante porque si separas estas palabras y no haces este link de la ética de la responsabilidad radical, te puedes quedar con que la ética es una cuestión de buena voluntad. Y no es así, se trata de una cuestión de cuidar de lo que es ajeno a ti y es frágil (como las personas de la organización), sin quedarte en la superficie, a las modas, y yendo a los fundamentos.
2. La transparencia es una de las bases del comportamiento ético en la gobernanza de las organizaciones. Pero, ¿se está aplicando bien? basta con las webs de transparencia? ¿Cuáles serían los nuevos retos a alcanzar en este ámbito?
Siempre que se produce un auge de un concepto y de unas políticas ligadas a este concepto, como ocurre ahora con la transparencia, se puede hacer una lectura positiva o una negativa.
La lectura positiva, que es la más importante, es que en una sociedad democrática y en crisis necesitamos exigir que los que tienen más poder transparenten, hagan visible, todo lo que hacen. Porque no es posible la democracia sin información y la información debe ser clara, veraz y de acceso transparente.
Por lo tanto, la transparencia permite satisfacer un derecho democrático a la información y un control del poder.
Pero, si además, se junta con que la transparencia viene a suplir una falta clarísima de deferencia al usuario, al cliente, al ciudadano, porque venimos de una tradición oscurantista, de puertas cerradas, de claustros, pues bienvenida esta legislación que exige, incluso penalmente si no cumples, transparencia.
Pero la parte negativa tiene que ver con que pedimos transparencia porque no nos fiamos unos de otros. Cuando tú tienes un clima de confianza, cuando no tienes la sensación de que te están engañando, no es necesario que me lo estés mostrando todo. Esta excesiva exigencia puede atentar contra el ámbito de la intimidad, de la estrategia, de la cautela, de la prudencia, y terminar en una sociedad de «gran hermano» donde todo es visible y, por tanto, contrario a una sociedad de confianza, o sea, una sociedad pornográfica, sin intimidad y sin pudor.
La transparencia no es el fin. Pero ha venido en un momento en que brillaba por su ausencia y tenemos que encontrar el punto de equilibrio entre lo que es de interés público, y se debe transparentar, y qué no lo es. Tenemos que pensar que también podemos generar situaciones de alarma social por falta de cautela, o por «infoxicación».
Por lo tanto, bienvenida sea la transparencia, porque venimos de un momento en que no había derecho a la información, pero vigilemos con la pornografía de transparentarlo todo.
3. En el ámbito de los servicios sociales cada vez están más institucionalizados lo que se llama «espacios de reflexión ética» ¿Nos puedes explicar qué son, si es viable extrapolar esta iniciativa al mundo empresarial y que valor aportaría?
Los ERESS (Espacios de Reflexión Ética en Servicios Sociales) institucionalizan unas horas cada cierto tiempo donde se garantiza un espacio donde la gente está liberada para ir allí a pensar, a reflexionar, desde la perspectiva ética sobre las problemáticas que tienen en esa organización. En Servicios Sociales era muy importante hacerlo porque se toman decisiones sobre la vida de las personas, decisiones muy complicadas que no se pueden tomar solo desde la mirada de la ética personal y profesional de quien toma la decisión. Como son decisiones muy complejas es bueno que haya órganos colegiados consultivos en los que la deliberación esté garantizada para gestionar el riesgo y la complejidad.
Esto no es nada nuevo, se copió de los comités de ética asistencial de los hospitales. Pero se consideró que no podía ser algo alejada de la praxis diaria, de la trinchera. Y por eso se hizo algo mucho más pequeño, más abierto, con una formación garantizada y unas pautas que aseguren la deliberación.
Y este concepto es aplicable en las empresas, y en las escuelas y en cualquier tipo de organización. Porque pensar siempre va bien y pensar colegiadamente y pluralmente es la mejor manera de hacerlo.
El mayor handicap en el mundo empresarial que ha hecho que, a pesar de lque a ética aplicada a la empresa sea tan antigua como la bioética y más antigua incluso que la ética de los Servicios Sociales, es la cultura empresarial convencional, es decir, aquella que piensa sólo en el rendimiento económico, sin asumir que la ética es una manera de concebir la economía y de hacer negocios. Por ello, no cuaja la ética en una manera de hacer empresa muy cerrada a las iniciativas que pongan en peligro su estructura rígida, jerárquica, oscurantista y donde se ve la ética como un apéndice, nada nuclear
4. ¿Necesitamos líderes [radicalmente] responsables con nuevas capacidades o competencias si queremos que la ética esté presente desde la raíz de nuestras organizaciones? En caso afirmativo, ¿qué les debería diferenciar?
El líder [radicalmente] responsable cuida mucho a su gente, pero no la trata como «suya»; sino que incentiva una confianza sin aduladores. Y digo que no es suya porque se dedicará a gente que sabe que tiene una gran capacidad crítica. Hace verdaderamente liderazgo: promueve gente y proyectos comunes.
Es una persona muy trabajada personalmente y con la convicción profunda de querer hacer una empresa de una determinada manera y no la quiere hacer solo. Es una persona con autoconocimiento, una persona espiritual que cree en buenas causas incluso a nivel de los negocios.
Es una persona dispuesta a dejar lugar a otros, a marchar cuando considere que hay otra persona que puede asumir mejor sus responsabilidades. Es una persona que hace cantera.
Y nunca sabrá que él es un líder, lo irá descubriendo poco a poco cuando vea su capacidad de incidencia. Irá continuamente probando su capacidad de liderazgo. Es una persona humilde y bondadosa. Y esto se ve y aprecia.
No es un perfil muy habitual, porque en el mundo de los negocios hay astucia y la astucia y la bondad a veces no casan bien. Necesitamos personas que tengan estas características y que hagan empresa.
5. Si te proponen escribir un libro con el título «Ética, estética, cosmética y empresa», ¿cuál sería la tesis que defenderías en el libro?
Que la empresa tiene que ser un lugar donde estar a gusto porque es la única posibilidad de ofrecer un producto o servicio que tenga futuro y presente.
La estética (entendida como aquello que tiene que ver con la sensibilidad, no solo con la cosmética) es muy importante, que la gente se encuentre bien. Puedes engañar a la gente un tiempo, pero si no hay solidez, si no hay fundamentos, autenticidad, esto durará poco. Y aquí es donde entra la ética.
La ética y la estética son dos caras inseparables de la misma moneda. La ética sin estética no se sostiene, porque se debe tener cuidado de las afectividades. Y la estética sin la ética puede llegar a ser esnob.
Los negocios se habían olvidado de estas dos caras de toda actividad humana y, en cambio, muchas veces se ciñen a la cosmética, que es simulacro y disimular, sin sensibilidad y sin ética.
6. Si tuvieras que ilustrar con tres palabras qué significa para ti incorporar la ética en la toma de decisiones, ¿cuáles serían?
- Complejidad. Ante una cuestión científica, donde dos y dos son cuatro, es una cuestión que puede ser complicada, pero tiene una respuesta. La complejidad de la ética tiene que ver con que no hay una respuesta buena a priori, puede haber muchas. No se puede simplificar la respuesta, porque son temas muy complejos.
- Diálogo. Significa logos «a través de», porque nadie tiene el monopolio de la racionalidad y si alguien lo tiene, debes preocuparte.
- Paliativo. Creo que en los tiempos actuales la ética no tiene que ir a buscar la plena felicidad ni la maximización de óptimos, sino a reducir daños, paliar daños. No oprimas a la gente, no la alienes, porque venimos de aquí; somos seres vulnerables y necesitamos cuidarnos.