Conexiones beethik: entrevista a Silvia Agulló

Silvia AgullóDirectora de Negocio Responsable y Reputación del Grupo DKV Seguros

1. ¿Qué te sugiere el concepto de ética de la responsabilidad radical?

Sin estar familiarizada con el término, diría que se trata de ser provocativo e ir mucho más allá de una ética de mero cumplimiento de la norma jurídica, es decir, ver la ética como un elemento que amplía perspectivas y reta a las organizaciones a innovar para poder dar respuesta, incluso a anticiparse a las expectativas éticas, sociales y ambientales de sus diferentes grupos de interés.

2. Hace unos años, en 2009, publicabas tu tesis, bajo la dirección de Begoña Román, titulada: «La coherencia ética en la gestión de los recursos humanos. Un factor clave para la forja del Ethos corporativo ¿Qué defendías principalmente en tu trabajo?

Defendía la necesidad de velar por la coherencia, en aquellos años había un montón de nuevas iniciativas tanto de ética empresarial como de recursos humanos que se lanzaban con mucho esfuerzo, y tenían mucho mérito. Sin embargo, faltaba una visión de conjunto que uniera con coherencia aquellos esfuerzos con la estrategia de la compañía, la misión, la visión, los valores, las normas, procesos, acciones, etc. Defendía, en resumen, que de poco servían las iniciativas, si no se hacía un ejercicio previo de reflexión pensando en la coherencia entre lo que se quiere ser y lo que se acaba haciendo, y la forma en que se hacía.

3. ¿Volverías a firmar ahora lo que escribiste hace 10 años? ¿Qué mantendrías? ¿Eliminarías algo? ¿Qué añadirías?

Añadiría que el responsable de ética empresarial puede ser cualquier directivo que reporte directamente al máximo responsable de la empresa, y que es imprescindible que se lleve a cabo con un grupo de personas, para establecer un grupo de trabajo que vele por la ética empresarial, las incoherencias, el seguimiento de mejoras detectadas, facilite debates y reflexiones éticas internamente, etc.

4. Actualmente ocupas la posición de referencia para el impulso de la gestión ética en DKV, una empresa del sector de los seguros. Si te pidieran destacar tres retos para fortalecer la aplicación de la ética en el sector ¿cuáles serían?

En el sector asegurador destacaría como reto más importante la necesidad de explicarnos mejor, al tiempo que formamos al cliente para que pueda tomar decisiones de qué seguro le conviene más. En DKV hace más de 10 años que trabajamos con un lenguaje comprensible, de hecho, fue la primera empresa en eliminar la letra pequeña. Hoy contamos con una auditoría externa anual que nos ayuda a ver cómo poder mejorar año tras año en este sentido. Sin duda esta es la prioridad número 1 del sector.

Por otra parte, las nuevas tendencias también hacen que sea casi una obligación el poder personalizar al máximo la atención de las necesidades y expectativas de nuestros clientes. Debemos ser capaces de innovar a otro nivel, más simple, más ágil, y la transformación digital puede ser una gran aliada en este sentido.

Y el último reto que destacaría sería la necesidad de aprender a detectar y abordar mejor los dilemas éticos, que probablemente irán a más. El mundo de la salud, las soluciones que venden, suponen tener la capacidad de reflexionar a partir de unos principios universales sobre decisiones que afectan vidas, decisiones como las que se toman en comités de bioética. En este sentido, también la sociedad demanda cada vez más que las empresas nos posicionamos en determinados temas donde se confrontan valores, morales, etc. como por ejemplo el tema del aborto, financiación de operaciones de cambio de sexo, etc.

5. Tú trabajas también en el ámbito de la reputación corporativa. ¿Cómo se puede entender que haya empresas en los primeros puestos de algunos rankings de reputación y, al mismo tiempo, sean percibidas como poco éticas por parte de la opinión pública? ¿El comportamiento ético tiene realmente un impacto en la reputación de una empresa?

La falta de ética pasa factura, tarde o temprano, y lo hemos visto en muchos ejemplos recientes, como Volkswagen. Los rankings de reputación son muy diferentes entre sí, y algunas metodologías no facilitan el poder medir bien determinados aspectos, ya que se basan más en las percepciones que en la realidad. Por ejemplo, una empresa puede ser muy innovadora y no ser suficientemente reconocida en este aspecto por falta de recursos en la comunicación. Un ranking de reputación sobre la innovación no la puntuará bien, porque lo que valoran es la percepción, no tanto la realidad. Y también puede pasar al revés. Por eso es tan importante seguir fomentando la transparencia y la comunicación responsable.

6. Podríamos decir que, desde la Cumbre de Lisboa del año 2000, se han multiplicado iniciativas de todo tipo para impulsar la responsabilidad de las empresas como respuesta ante la exigencia de contribuir a un modelo de desarrollo sostenible ¿Qué papel podría jugar la ética para acelerar esta contribución?

Entiendo que la ética, más que un papel o un rol, conlleva una dimensión transversal en las organizaciones a la hora no solo de definir el qué (los 17 objetivos de desarrollo sostenible facilitan mucho entender dónde se necesita contribuir) sino el cómo. Es decir, la ética debe estar presente en la toma de decisiones para pensar no en la solución puntual, sino también en los efectos a largo plazo, y en el impacto de las acciones en los diferentes grupos de interés implicados (o que pueden verse implicados)… la aplicación de la ética exige saber reflexionar y anticipar los impactos de las decisiones en los aspectos laborales, sociales y ambientales de las organizaciones.

7. Si tuvieras que ilustrar con tres palabras qué significa para ti incorporar la ética en la toma de decisiones ¿cuáles serían?

Valentía, perspectiva y empatía.