Experta en comunicación.
Fundadora de Both, People & Comms y Mutabilia.
1. ¿Qué te sugiere el concepto de ética de la responsabilidad radical, especialmente en estos momentos tan inciertos que estamos viviendo?
La palabra radical – de que se ha hecho un mal uso – me lleva a pensar en esencia, en raíces. Y pensar en la responsabilidad esencial de una persona u organización me dice que es con esta responsabilidad ética que ha nacido y ha crecido, que forma parte de su identidad y su modo de operar, de relacionarse. No ha sido solo aprendida o sobrevenida, sino que forma parte intrínseca de lo que es.
2. Dices que tu propósito es contribuir a un mundo más humano, auténtico y sostenible y que la clave es la comunicación. Pero muchas veces se hace un uso instrumental, más ligado a la cosmética que a la estética y la ética. ¿Cómo lo podemos cambiar? ¿Cuáles crees que son los valores o los criterios éticos a los que no puede renunciar la comunicación corporativa?
Se dice que es la comunicación lo que nos hace humanos. La comunicación es la capacidad de pensamiento abstracto, de entender nuestro lugar en el mundo (o al menos hacerse preguntas de cuál es el lugar que ocupamos), de relacionarnos entre personas … Sin comunicación no hay humanidad . Pero en los últimos años (y hablo desde la irrupción de la revolución industrial) hemos vivido en una sociedad muy mecanicista que ha idolatrado las máquinas y ha desmerecido las personas. Y nuestro vocabulario y relaciones se han resentido. Es en este sentido que, en plena revolución tecnológica y digital (que no es otra cosa que un paso más en la revolución de las máquinas, ahora mucho más inteligentes) apuesto porque la comunicación vuelva a servirnos para dar valor al hecho humano: el pensamiento abstracto y crítico, a las relaciones y a las narrativas que construyen realidad.
Es cierto que a menudo se ha hecho un uso instrumental de la comunicación. Una herramienta tan poderosa como es el lenguaje, que puede construir o deconstruir realidades, debe estar siempre al servicio de la ética. La estética o el sentido de la belleza es maravilloso, es poética pura, pero debemos trabajar en coherencia con la realidad y buscar la estética en lo que existe.
Para mí los criterios más importantes de la comunicación corporativa deben ser la coherencia y la credibilidad, que son la base de la confianza. Yo tengo como leitmotiv profesional la frase de Mahatma Gandhi que dice que la felicidad llega cuando lo que pensamos, decimos y hacemos están en armonía.
3. Desde Both queréis impulsar la humanización de las organizaciones a través de la comunicación. Es un objetivo muy ambicioso … ¿qué se puede hacer para recuperar esta humanidad y cómo?
Dicen que lo más importante con los objetivos ambiciosos es dar el primer paso, y nosotros hace 21 años que pisamos fuerte como agencia para una comunicación más humana, auténtica y aún queda mucho por hacer. La humanidad nunca se ha perdido, pero seguramente la hemos tenido poco valorada y visible. Recuperarla es darle ese lugar social que debe tener. Conseguir que se valoren los rasgos humanos más distintivos – que nunca podrán tener las máquinas – como la empatía, la intuición, la creatividad, la imaginación, la capacidad de colaborar … En esta tarea de recuperar la centralidad del humanismo en la sociedad la comunicación tiene un rol importante. Y también la educación, la ciencia, y muchos otros ámbitos.
4. En 2011 creaste la consultora Culthunting, una propuesta innovadora para ayudar a las organizaciones a resolver con éxito sus retos estratégicos a través de la fuerza transformadora del arte y la cultura. ¿Están las empresas preparadas para integrar una propuesta de esta naturaleza? ¿Tienen las competencias necesarias para conectar, dialogar y aprender de y con los «otros»? Quieren hacerlo?
El arte y la cultura son una pasión para mí y en Both siempre es un sector para el que hemos trabajado mucho, igual que lo es la ciencia y la salud y la gran empresa. Vemos que eran mundos muy diferentes, que hablaban lenguajes casi antagónicos pero que tenían mucho que aprender unos de otros. Recuerdo que en una jornada CultHunting Jorge Wagensberg decía que la innovación llega cuando cruzamos mundos aparentemente diferentes. Y es una constante en mi vida explorar fronteras y conectar gente diversa. Así que generar innovación conectando dos mundos muy queridos para mí, que pensaba que se podían enriquecer y sorprender, fue natural. Y sí, hubo receptividad por parte de muchos artistas y empresas y también escepticismo o rechazo por parte de otros. Siempre hay atrevidos y atrevidas (early adopters) que abren camino a otros y hoy empieza a ser habitual tener un artista o inventor colaborando con una gran empresa.
5. Ahora lanzáis Mutabilia, un programa de formación para impulsar la transformación cultural de las organizaciones e interpeláis con la pregunta: «¿quieres adaptarte al cambio o liderarlo?». ¿El liderazgo no debe incorporar la capacidad de adaptarse?
El liderazgo debe ser flexible, adaptativo, resiliente, sí. Esto es imprescindible para sobrevivir y ayudar a los equipos en entornos inciertos como los que vivimos hoy. Pero solo con eso no aportamos valor. No podemos vivir resistiendo, sino adelantándonos, buscando oportunidades donde otros pueden leer amenazas. Liderar es tomar decisiones, arriesgar, motivar, influir, escuchar, co-crear, aprender y enseñar. No tiene que ver con una función directiva o con tener la responsabilidad de un equipo. Cualquier persona puede ejercer varias acciones de liderazgo: de su propia vida, de proyectos concretos, puede decidir emprender, puede tener familia… Queremos contagiar a las personas – de todos los sectores y niveles – la pasión por contribuir a generar cambio y las habilidades necesarias para hacerlo.
6. Las personas más jóvenes lo tienen complicado hoy para desarrollar su carrera profesional o incluso para conseguir un trabajo para sobrevivir. Tú eres un claro ejemplo de emprendedora que ha impulsado diferentes proyectos empresariales con propósito. ¿Les puedes hacer alguna recomendación a los jóvenes que quieren emprender y que quieren contribuir con su iniciativa a mejorar la sociedad?
Estamos inmersos en una revolución del mundo del trabajo. Seguramente habrá que cambiar la manera clásica de entender una carrera profesional o un trabajo estable. Debemos velar para asegurar nuestra aportación de valor a proyectos concretos que podemos iniciar nosotros mismos, en red con otras personas, o para organizaciones o empresas. Y esto no debe ser negativo per sé. Nos apodera, co-responsabiliza, impulsa la mentalidad emprendedora …
Si les tuviera que dar una recomendación les diría que deben saber encontrar una actividad o propuesta de valor en que confluya en lo que destacan, que les gusta mucho hacer, que tiene sentido para un determinado público o cliente y que genera impacto positivo para a la sociedad. Las escuelas deberían enseñar a niños y niñas desde pequeños a hacer su ikigai particular. Es la mejor brújula para detectar vocaciones profesionales.
7. En demasiadas ocasiones en los entornos organizativos se dan situaciones de abuso de poder y acoso que afectan a las personas más vulnerables. Actualmente tenemos un ejemplo público con el caso del Instituto del Teatro de Barcelona. ¿Por qué tendemos – en general – a callar o incluso tapar estas situaciones? ¿Deberíamos asumir un papel más exigente y [radicalmente] responsable cada una de las personas implicadas y/o afectadas?
Por suerte, cada vez más estos abusos se hacen públicos y las personas se atreven a alzar la voz y denunciar. El abuso de poder ha existido siempre y tiene que ver con el sentimiento patológico de algunas personas – fortalecido por ciertos sistemas sociales – de sentirse por encima de otros. ¿Por qué algunas personas callan? Seguramente porque no se ven con fuerza para combatir este sistema arcaico y enfermizo de falta de equidad. Quien recibe la ofensa a menudo se siente víctima y no se siente capaz de desafiar el status quo existente. Tenemos que conseguir romper estas barreras. Y hay que ayudar a las víctimas, desde su entorno. Quien calla acaba siendo tan responsable de continuar con este sistema como el perpetrador. Levantar la voz es un acto siempre de valentía que hay que premiar.
Trabajar el respeto, la equidad y la diversidad e inclusión es uno de los aspectos más importantes en las empresas hoy si quieren cuidar su ambiente de trabajo, reputación y ciudadanía corporativa.
8. Por último, en tres palabras, ¿qué significa para ti incorporar la ética en la toma de decisiones?
Asegurar, en todo lo que hacemos, que todos ganan (o, al menos, que nadie pierde).